"Una mujer aparece muerta en un céntrico hotel de Barcelona. El caso recae en el jefe del grupo de Homicidios que recurre a la recién llegada Candela Luque, agente del Grupo Experimental de Policía, para llevar a cabo la investigación.
La joven pertenecía a un grupo de ventas, que proliferaban en la época, pero la aparición de unos brillantes y la huida de los jefes, junto a la desaparición de las restantes compañeras de la víctima, complica los hechos.
Candela viaja a la isla de Tenerife buscando respuestas porque la joven asesinada era de allí. Encontrará tráfico de drogas, corrupción policial, pero no al asesino que a punto está de acabar también con ella."
Una mujer con ganas de cambiar el mundo
Candela, agente del Grupo Experimental de Policía Femenino, creado en 1974 en España, debe investigar la extraña muerte de una joven en un céntrico hotel de Barcelona. En el caso hay más de lo que parece a simple vista. Si esto hubiera sido en la actualidad a nadie le extrañaría que una joven aspirante a policía se hiciera cargo del asunto junto al inspector jefe Salgado; pero claro, estamos hablando de mediados de los setenta, comenzando la transición, con cambios que se iban sucediendo paulatinamente en todos los ámbitos y que por primera vez intentaban incluir la figura femenina en algunos campos donde hasta entonces a nadie se le habría pasado por la cabeza algo así, aunque no fue hasta 1979 cuando se convocaron oposiciones que permitieron el acceso a la mujer.
Candela no sólo tiene que luchar contra estos prejuicios sino contra la injusticia y brutalidad que ella ve en su lugar de trabajo. Parece que la autora sabe bien de qué habla, conoce el entorno en el que se mueve Candela y lo transmite perfectamente en los pensamientos de ella, en su forma de hablar, de comportarse y de rebelarse ante los demás. Es una chica decidida y arriesgada que pretende cambiar el mundo y piensa que ella es un grano de arena más para lograrlo.
La novela está muy bien ambientada, los diálogos son claros y las descripciones precisas para mostrarnos unos personajes bien elaborados. Si a ello le sumamos las calles de Barcelona o los paisajes de Tenerife, junto con una trama perfectamente hilvanada y atrayente, llena de acción y de momentos intensos, nos encontramos con un libro policíaco muy interesante. Ahora a seguir con los otros libros de la Saga. Una vez que se conoce a Candela hay que seguir a ver en qué líos se mete de nuevo.
SOBRE LA AUTORA
El 12 de diciembre de 1945 nacía en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) Mercedes Gallego Moro, psicóloga y escritora. Es una mujer que siempre ha estado en contacto con la literatura. A los 14 años empezó a escribir un diario, no sé si seguirá haciéndolo todavía, no se lo he preguntado, pero me gustó saberlo. Creo que cuando somos adolescentes todos, en algún momento, nos hemos puesto a escribir sobre nuestras vivencias y experiencias como una vía de escape para relatar lo que nos ocurre en esa etapa difícil.
Ella ha dicho que siempre quiso ser escritora. La lectura era una pasión, una necesidad, de ahí que deseara crear sus propias historias para ofrecer a los demás el mismo placer que sentía ella al leer los libros.
Pero las circunstancias de la vida hicieron que sólo al jubilarse, en el año 2006, pudiera centrarse en su sueño y fue entonces cuando encontró a Candela Luque, la protagonista de sus libros, o Candela la encontró a ella. No sabría muy bien con que versión quedarme. Ya ha publicado tres libros con Candela y dentro de poco tendremos el cuarto.
El hecho de que sus novelas se enmarquen en la ciudad de Barcelona tiene una razón muy clara. Mercedes vivió 40 años allí, aunque ahora tiene fijada su residencia en Madrid. A ella le gusta escribir sobre el sitio en el que vive, por eso a Ramona, la protagonista de “El asesino del ajedrez” la tiene un poco aparcada, es difícil trasladar todo su entorno a Madrid, aunque creo que al final lo conseguirá porque tengo muchas ganas de seguir sabiendo de Ramona y creo que no soy la única, muchos lectores le piden una continuación.
¿Y por qué libros policíacos? Se me ocurren muchas respuestas. Alguna la he encontrado por ahí: «De mi padre, un periodista y poeta bohemio, al que sobraban hijos, aprendí también el arte de escribir y la afición por el género policíaco. Todavía llena mi biblioteca parte de la suya, esos libros sobados y entrañables de Editorial Molino o la colección Círculo del Crimen. Fueron mis hermanos -lo mejor que me ha pasado en mi vida-, los primeros en soportar mis historias inventadas, que nunca podía repetir porque no las escribía, sólo se las contaba.» Pero ella también perteneció al Grupo Experimental de Policía y como a Candela, le tocó vivir esos primeros momentos especiales en los que ni las propias mujeres, con mentalidad machista en muchos casos, ni se creían que algo así podría llegar a ser.
Tiene un carácter alegre y optimista y, muchas veces, cuando leo sus frases se me escapa una sonrisa, por ejemplo “La estadística es la forma de hacer científica la mentira” o ese refrán que suele utilizar, “Más vale caer en gracia que ser gracioso”.
Algunas frases más y el origen de alguna de ellas las podéis encontrar en la entrevista que le hizo Blanca Miosi en "La hora amazónica", cuyo eslogan “Ahora no hay tiempos muertos, hay tiempos Kindle” parece ser que también es de la propia Mercedes.
Según ella misma y tal como nos cuenta en su página web: “Para todo el que le interese aquí está mi jornada: el día empieza entre las ocho y las nueve de la mañana; desayuno mientras leo la prensa por Internet y transcurrida una hora me pongo a escribir. En estos años dedicada a ello, he terminado cuatro novelas y tengo en marcha otras dos. Me gusta escribir dos a la vez porque de esta manera, cuando se atasca una, siempre me queda la otra. Las novelas de la serie Candela Luque son mi comienzo y como tal, incluyen la ilusión de nacimiento de esta nueva andadura.” Si queréis saber más de ella no dudéis en echarle un vistazo a esta página y a su blog “Lo que el viento no se llevó”.
Y por cierto, no os confundáis con la otra Mercedes Gallego, escritora de novelas románticas. Nuestra Mercedes es única y sus temas, salvo su libro de relatos, son novelas policíacas.
OTROS LIBROS DE LA AUTORA
Os dejo las sinopsis porque seguro que os interesará. Todos los libros los podéis encontrar en Amazon.
Matar al mensajero (Candela Luque nº 2)
“Por segunda vez la protagonista de la serie, Candela Luque, deberá investigar la muerte de una mujer de su misma edad, pero esta vez dentro de un colectivo marginado por la sociedad de la época: era lesbiana y serlo en la España de 1976 era lo mismo que ser delincuente.
La droga y la prostitución también rodean a esa muerte que, poco a poco, se cobrará otras víctimas. También la alta burguesía muestra su verdadero rostro de hipocresía y falsa moral en una sociedad que condena el amor entre mujeres y protege una casa de citas en la que los hombres adinerados buscan compañía.
Esta novela está ambientada en un pub que existió en Barcelona en los años 70 y 80, pero se le ha cambiado el nombre.
Muchas reconocerán en él aquel lugar que fue un reducto de libertad, cuando no existía, para muchas mujeres.”
La trampa (Candela Luque nº 3)
“En el Barrio Chino de la Barcelona, espaciados en el tiempo, aparecen tres cadáveres estrangulados que aparentemente, no guardan ninguna relación entre sí. La inspectora Candela Luque y el inspector Manel Romeu serán los encargados de llevar a cabo una investigación para descubrir a los culpables, pero en el transcurso de la misma, al inspector Manel Romeu le tienden una burda trampa que amenaza su carrera policial y su libertad.
Esta novela pertenece a la serie Candela Luque, que por fin ha ingresado en el cuerpo de policía en el año 1979, el primero en el que la ley permite a la mujer acceder a los Cuerpos de Seguridad, de la mano de la Constitución de 1978.”
El asesino del ajedrez (Serie Ramona Cano)
“Un asesino en serie asola Barcelona y hace del característico barrio de El Ensanche su particular tablero. Elige sus víctimas por la profesión y juega una enloquecedora partida que se inicia con la muerte de un cabo de la Guardia Urbana, asimilado a un alfil. ¿Quién será el rey?
La policía descubre su juego pero él consigue burlar los controles hasta que la partida sufre un giro inesperado que amenaza a una persona muy vinculada a los investigadores. ¿Quién conseguirá dar el jaque mate?”
También la podéis encontrar traducida al catalán por Francesca Bou y supervisada por María Catalá, miembro de la Academia de Escritores de la Lengua Catalana.
Yo la he leído y la verdad es que “El asesino del ajedrez” tiene de todo para llamar la atención de los amantes del género: Una protagonista con personalidad, la inspectora Ramona Cano, fuera de estereotipos preconcebidos, con una vida llena de momentos difíciles y relaciones tensas con su madre y lejanas con su hijo. Una persona cercana, corriente, real en una palabra. Un asesino en serie que utiliza las calles de Barcelona como tablero de ajedrez para cometer sus crímenes. Unos personajes secundarios que también juegan un papel importante, como Silvana, una psicóloga amiga de Ramona, con la que vive y que le ayuda en el día a día, o Tito, un informático retirado que vive casi recluido en su habitación, compartiendo con Ramona el piso de Silvana y que aportará su visión peculiar sobre los asesinatos…
La trama, además, va aumentando en intensidad poco a poco. Y aunque la intuición te puede llevar por delante en algunos momentos, es cierto que el desenlace sorprende.
Interesante la época y la ciudad en la que se desarrolla la acción, en plena transferencia de competencias a los Mossos d’Esquadra, con lo que Ramona, inspectora de la Policía Nacional en Barcelona, tendrá que compartir su investigación con ellos.
Curiosa también las menciones en el libro al circo mediático que se crea en ciertos programas de televisión, donde lo que impera no es la verdad, sino crear morbo y situaciones comprometidas que pueden poner en serios apuros la resolución de los crímenes.
En conjunto, una lectura que entretiene, una buena novela bien redactada, con diálogos interesantes y una protagonista que empieza una saga. Así que espero leer pronto una segunda parte sobre los casos de Ramona Cano.
Déjame que te cuente... Relatos
“Cuando te dispones a escribir una novela no puedes prescindir de la búsqueda de documentación, ni de dibujar los personajes, hacer un esquema de la trama... en fin, todo un trabajo preliminar tan laborioso como la escritura en sí.
El relato no. Tú no eliges la trama ni los personajes y, no solo no tienes que documentarte, sino que él se adueña de tu imaginación y nace porque sí, porque quiere y sin preguntarte si te gusta el estilo. Este es el resultado.”