Páginas

martes, 31 de diciembre de 2019

Micrófono abierto, PEDRO DE PAZ


PEDRO DE PAZ
(Madrid, 1969)



En el año 2003 escribe su primera novela, El hombre que mató a Durruti (Germanía, 2004). Ese mismo año, la novela se erige, por decisión unánime del jurado, en ganadora del I Certamen Internacional de Novela Corta «José Saramago». El interés suscitado por la obra provocaría que un año después la novela fuese lanzada al mercado anglosajón (Christiebooks, 2005). Desde entonces no ha dejado de desarrollar su faceta literaria teniendo en su haber, amén de la participación en diversas antologías colectivas de relatos, la publicación de las novelas Muñecas tras el cristal (El Tercer Nombre, 2006), El documento Saldaña (Planeta, 2008) —su mayor éxito hasta la fecha— y La senda trazada (Algaida, 2011) —Premio Internacional de Novela «Luis Berenguer»—. Traducidas a diversos idiomas —inglés, italiano, ucraniano, griego—, sus novelas vienen reeditándose de forma regular hasta la fecha.

Agotada —exhausta más que agotada— su etapa narrativa, desde el 2012 ha encontrado acomodo en la inmediatez, la evocación, la economía lírica y la concisión emocional de la poesía y la prosa poética, orientando desde entonces sus esfuerzos hacia este ámbito y siendo el poemario Caricias de fogueo (Grupo Tierra Trivium, 2019) el resultado —el primero de ellos— de dicha evolución.




Bienvenido un gusto tenerte de invitado el día de hoy y poder platicar y aprender de ti. En esta sección nos siguen muchos escritores que empiezan a abrirse camino en el mundo de las letras y estoy segura tus palabras les serán de gran utilidad. En este espacio damos oportunidad a escritores de todo el nivel de experiencia. Pero comprenderás que tener a alguien con tu trayectoria literaria es algo que debo aprovechar al máximo, por enriquecedor para todos nuestros seguidores. Gracias por aceptar esta entrevista. Comenzamos con las preguntas.

PREGUNTAS
Recuerdas alguna anécdota infantil en dónde se perfilara tu gusto por escribir.

Una anécdota en concreto, no. Pero sí guardo un gratísimo cariño por el recuerdo de toda una época, que oscilaría entre los doce y los dieciséis años, en la que descubrí dos realidades esenciales para mí: los libros «de mayores» –lecturas que contenían mayoritariamente texto y no dibujos– y la biblioteca de mi ciudad. Siempre he defendido la idea de que un escritor no es más que un ávido lector que un día quiere leer una historia que nadie ha escrito aún y se pone a ello. Yo, en la época que menciono, me forjé como ávido lector. Lo que vino después fue consecuencia de eso y de algunas cosas más pero principalmente de eso.





¿Quiénes son tus escritores predilectos?
Desde siempre y como autor de cabecera, Sir Arthur Conan Doyle. Mi primera novela, «El hombre que mató a Durruti» es un homenaje meditado y consciente a él y a su obra. Superado el primer puesto, muchos comparten de forma bastante ecléctica el resto de podio: Asimov, Philip K. Dick, Stephen King, Michael Crichton, Dashiel Hammet, Mike Spillane, Preston & Child… Y algunos de los escritores a los que admiro y aprecio han acabado siendo mis amigos con el paso del tiempo y la experiencia: Paco Gómez Escribano, Juan Ramón Biedma, Jero Tristante, Víctor F. Correas, Jorge Díaz… Muchos y buenos autores. Que me disculpen los omitidos.



¿Cómo surgió “El hombre que mató a Durruti?

Como consecuencia de aunar dos de mis grandes pasiones a título personal: la historia de España, particularmente la del Madrid de la Guerra Civil y las novelas policíacas de Conan Doyle. La novela resultó ser un pastiche holmesiano con más realidad histórica de lo que la gente supone gracias a su exhaustiva labor de documentación. Estoy realmente orgulloso de esa novela.





¿Qué opinión te merecen los premios literarios? ¿Cómo se prepara un escritor para uno?

Bueno… como autor galardonado en dos de ellos, el José Saramago de Novela Corta y el Luis Berenguer, muy mala opinión no pueden merecerme. Creo que es un gran instrumento para dar a conocer tu obra. Te ayuda a afianzarte y posicionarte en un medio que a veces puede resultar hosco cuando no hostil. En cualquier caso, ya no son lo que fueron. Se han desvirtuado mucho. En fondo y en forma. ¿Cómo se prepara uno? No hay una fórmula precisa. Si la hubiese habría centenares de autores poniéndola en práctica. La única que conozco es escribir lo mejor y más honestamente posible y a partir de ahí probar fortuna.




¿Cómo fue que decidiste escribir? y luego, ¿qué significó en tu vida que tu primera novela ganara un premio tan importante?

En mi caso, el punto de inflexión fue el resultado de una crisis de fe profesional. Llevaba más de 15 años dedicado a mi oficio –la informática–, un oficio escogido en su día de forma vocacional. Tras todo ese tiempo, la rutina en tu trabajo, por muy pasional que resultase en su momento, mata el entusiasmo. Necesitaba un revulsivo y la literatura siempre estuvo ahí, al alcance de la mano, para aliviarme y ayudarme. Siempre como lector. Pero un día de mediados de 2003 di el paso y escribí un relato breve a partir de una idea que me hubiese encantado leer pero que nadie había escrito. Y aquí seguimos dieciséis años después.

El que mi primera novela ganase el primer premio literario al que me presentaba en mi vida y, en este caso, un premio auspiciado por el mismo José Saramago… bueno, puedes imaginar. Para mí supuso el espaldarazo definitivo que me impulsó a no rendirme y que, a día de hoy, me ha permitido contar con la publicación de cuatro novelas, dos poemarios e incontables relatos breves.

Desde esa primera experiencia, ¿cuál ha sido la lección más valiosa que has aprendido?
Literariamente hablando, que el valor más importante –aun siendo uno de los más escasos– en este mundillo –conviene no confundir la Literatura con el mundillo literario– es la honestidad. Con editores, con otros autores, siempre con los lectores… pero particularmente, contigo mismo. Y que nunca existe límite ni en lo que se puede aprender ni en la necesidad de no dejar de hacerlo.



¿Se puede vivir de escribir? ¿qué se necesita para lograrlo?
La cuestión es muy matizable. Sí, se puede vivir de escribir. Pero salvo cuatro o cinco escritores en este país –y uno de ellos lo hace con estrecheces– no se vive de vender libros. Escribir te permite publicar y publicar te permite subir al siguiente peldaño en el que tú nombre es reconocido en algunos ámbitos lo que te conduce a que te puedan llamar para ser jurado, para ofrecer una ponencia o conferencia, para participar en un congreso, para escribir una columna semanal en un medio… lo que sumado todo ello te puede ofrecer un sueldo digno para vivir –no siempre–. Es lo que se conoce como vivir de «los aledaños de la literatura». Eso, en definitiva, es vivir de escribir. El que se plantee hacerlo de vender libros tiene un problema muy serio.


¿Qué opinión te merece la autopublicación?

Es un excelente recurso para el que sepa lo que está comprando. Porque realmente no es más que eso: el pago, elevado o no, por la adquisición de un recurso. Si eres consciente de ello, nada que objetar –en Europa las ediciones autopublicadas se llaman «ediciones de vanidad». Creo que con eso está dicho todo–. El que se autopublique, coedite o similar pensando en obtener lo que no se le está ofertando –alternativas, oportunidades, fama, fortuna…– va a terminar muy decepcionado. La correcta publicación y lanzamiento al mercado de una obra literaria se basa en tres pilares fundamentales: edición, promoción y distribución. No he conocido ninguna oferta de autopublicación o de coedición que contemple de forma sería los tres. Ninguna. Y llevo años en el oficio.



¿Cómo fue tu experiencia al buscar editorial?

Realmente muy afortunada. De mis cuatro novelas, dos fueron premiadas, lo que garantizó su publicación. Las otras dos fueron labor de gestión de mi agente literario, una figura que considero imprescindible en la carrera de cualquier escritor. Y el resto –antologías colectivas de relatos, poemarios, colaboraciones…– vino rodado a partir de los contactos forjados con el paso de los años.



¿En qué te inspiras?

Cómo he dicho en numerosas ocasiones, escribo historias que me gustaría disfrutar como lector pero que nadie ha escrito aún. A partir de esa premisa, mi inspiración son en gran medida las obras y el estilo de trama de mis referentes como lector, los mencionados antes en otra pregunta. En cuanto a la propia historia que pauta una trama en sí, la fuente de inspiración, la chispa iniciadora puede ser un hecho de lo más variopinto, frecuentemente cotidiano. Un artículo en prensa, una conversación con un amigo, un documental, una noticia… Solo se trata de tener la imaginación siempre lista y alerta.



Platícanos sobre “El documento Saldaña”

Bueno… Es una obra muy especial para mi. Si le preguntas a una madre cual de sus hijos es el preferido te responderá absolutamente convencida que quiere a todos por igual pero si la observas con atención comprobarás que a uno en concreto le pone más ojitos que al resto. «El documento Saldaña» es mi guiño de ojos, mi sonrisa benevolente. Conjuga muchos de los elementos que hacen de mí lo que soy y lo que poseo. Es una novela que transcurre en Madrid –soy madrileño por nacimiento y por devoción– pero en la que Madrid no es el escenario sino el personaje principal. Quién la haya leído te confirmará que no hubiese sido posible escribir «El documento Saldaña» si hubiese tratado de ambientarse en otro lugar. Luego está su protagonista, Miguel Cortés. Un tipo muy peculiar que tiene en su mirada mucho de la forma en la que yo veo la vida. Posiblemente sea mi personaje más cercano. La propia historia y, particularmente, la de los elementos en los que se inspira es fascinante. Esos tesoros desaparecidos y dados por perdidos… Todo eso y algunas cosas más es para mí «El documento Saldaña».


¿En qué te inspiraste para escribir “La senda trazada”?

En un viejo tópico al que un amigo y yo, durante una noche de inspiración etílica, quisimos dar una vuelta de tuerca. ¿Cuáles serían las consecuencias del hecho de que alguien pudiese anticiparse a ciertos acontecimientos que aún no han sucedido? La idea ha sido explotada hasta la saciedad, desde «La Zona Muerta» hasta «Terminator». Lo interesante llegó cuando comenzamos a perfilar los matices. ¿Y si esa persona se encuentra en una situación personal y económica límite? ¿Y si su carrera profesional se inspirase precisamente en anticiparse a las noticias por delante de sus compañeros, como pudiera ser el caso de un paparazzi? ¿Dónde se encuentra la frontera que separa la honestidad de la subsistencia? ¿Cuánto vale la moralidad? ¿Cuál podría ser el precio a pagar? Con todo ello acabé escribiendo la historia de Alfonso Heredia, la que sin duda es mi novela más emocional y psicológica.



¿Cuál es tu método para escribir?

Para pensar y darle vueltas a tramas, ideas y conceptos me vale cualquier momento. Desde un viaje en autobús a la sala de espera del dentista. Para plasmarlas sobre papel, darle forma y enriquecerlas narrativamente necesito la tranquilidad de la madrugada. Su calma, su silencio y su certeza de que nadie te molestará o interrumpirá. Escribo mis novelas robándole horas al sueño y a mi familia –pues me toca dormir de día–. Otro hábito es escribir acompañando el momento con música de fondo. Ritmos y melodías acordes con los pasajes que tengo pensado escribir esa jornada. Rock duro para pasajes de acción y música instrumental suave para pasajes introspectivos o emocionales. La música atempera en gran medida mi estado de ánimo y mi forma de narrar.


Si tuvieras que elegir una de tus historias como la que más satisfacciones te ha dado ¿Cuál sería?
Literarias, «El hombre que mató a Durruti». Sin duda alguna. Es la primera que me ofreció una alegría en el ámbito de las letras, supuso un punto de inflexión importante en mi carrera como escritor, ha sido traducida a varios idiomas –inglés, ucraniano, griego…–, su exhaustiva documentación y su coherencia argumental con la realidad histórica de la época la ha convertido incluso en una lectura académica de referencia en cuanto al episodio histórico de la muerte de Durruti… No le puedo pedir más. Pero sí he de elegir teniendo en cuenta premisas emocionales, escogería «El documento Saldaña». Por muchas razones, alguna de ellas incluso inconfesable.

“Caricias de fogueo” parece un buen recuento de todo lo aprendido en tus años de trayectoria literaria. ¿Cuál es mensaje principal que buscas dejar en los lectores?

«Caricias de fogueo» es una catarsis necesaria tras nueve años de travesía en el desierto, perdido entre muchas razones y ningún motivo. Realmente no busco dejar ningún mensaje tras de mí. Nunca fui de mucho pontificar. Pero sí me sentiré muy agradecido si algún día, en algún momento, pasado un tiempo incluso en el que yo ya no esté, alguien abre uno de mis libros y, leyendo algún verso o algún párrafo, esboza la estocada de un sonrisa melancólica y cómplice. No imagino mayor legado que ese.



¿Con qué sueña Pedro de Paz actualmente?

Rebasado ya el medio siglo y como decía un amigo mío «con más años cumplidos que los que me quedan por cumplir», no con demasiadas cosas. O, sin duda, con bastantes menos que las que soñaba cuando comencé está aventura hace quince años. No es conformismo aunque lo parezca. Es resabío. En cualquier caso no me importa soñar con marcharme un día de esta tierra con todas mis deudas emocionales y sentimentales pagadas. Que no son pocas. Por más que albergue la certeza de que con algunas no será posible. Aún así, he comenzado a abonar aquellas que más me importaron. Y en esa labor estamos.


Antes de despedirnos, cuál sería tu secreto mejor guardado para lograr algo en el camino de las letras.

No hay secretos, Ana. La fórmula está a la vista de todos: constancia, trabajo serio, honestidad y unos gramos de capricho del azar. Y aún así, la perpetua incertidumbre de que no necesariamente la suma de esos ingredientes te llevarán inexorablemente al éxito. Si lo asumes desde un principio vivirás mucho más tranquilo.

Muchas gracias por participar con nosotros, fue un gusto contar con tu compañía. Tienes tu casa en Anaquel Literario. 

Gracias a vosotros. Siempre.

Ana Saavedra














Contacto


● Website: 

● Portadas publicaciones con datos añadidos (Nombre, tipo edición, editorial, año edición):


● Enlace editorial 

LITERATURASCOMLIBROS 
(Compra de reediciones NOVELA formato Papel y Digital –eBook–):


● Enlace editorial 
GRUPO TIERRA TRIVIUM 

● Enlaces YOUTUBE 
(Entrevistas televisivas, intervenciones, menciones)

○ LOCALIA TV: ​

○ POPULAR TV: 

○ CANAL NOU: 

○ EITB
■ PARTE 1: 

■ PARTE 2: ​

■ PARTE 3: 

○ LITERALIA TV: ​

○ PERIODISTA DIGITAL: ​
             

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes comentar libremente. Aunque permitimos comentarios anónimos, piensa que nos encantaría poner nombre/cara/avatar a cada comentario. La decisión es tuya :)