Páginas

lunes, 16 de septiembre de 2019

La vida es sueño, Calderón de la Barca


Calderón de la Barca
La vida es sueño




Hay algo con las historias escritas en verso que me atrapa. Debe ser la musicalidad que surge en mi mente al recrearlas. 
Hace años que este título me daba gran curiosidad por abordar el tema de los sueños. (uno de mis favoritos y recurrentes). Y fue hasta ahora que me dejé llevar y lo leí. Me alegra haberlo hecho. Las palabras se suceden en un melodioso verso que da paso a otro y otro más.

Al ser, además, una obra de teatro. Permite que el lector ambiente el escenario y tome algunas decisiones dramáticas sobre los personajes. (bueno, eso debe ser también efecto de ayudar a una compañía teatral en la vida real, y haber aprendido unas cuantas cosas, y disfrutado más). Pero regresando a la trama de “La vida es sueño”, puedo decirles que viajarán a un lugar en que un heredero al trono es encerrado por su padre por miedo de éste de ser superado.

La trama desde luego se complica, se entera de su existencia gente que no debe y él mismo se sabe heredero y busca venganza. Todo sazonado con una trama paralela en que una mujer viene a cobrar una deuda de honor pendiente. 

En esta historia reflexionamos sobre el poder de los sueños en nuestra vida diaria y lo delicado que es vivir soñando, a la vez que para soñar nacimos y por tanto debiéramos aprovecharlo. En fin, la misma obra es una ida y venida entre sueños y realidades que al final nos enseña: “ya sea en sueños o en vigilia es mejor actuar pues los dos se terminarán esfumando en algún momento”.

Realmente no quiero decirles más sobre los detalles y el arco tramático. Lo que sí pueden estar seguros es que disfrutarán el lenguaje, se sorprenderán con el ingenio del escritor y harán suyas unas frases inolvidables y que viven ya en el colectivo universal y ahora puedo decir con conocimiento de causa:

“La vida es sueño y los sueños, sueños son”.


Dulces lecturas y provechosos sueños.

Ana Saavedra





Pedro Calderón de la Barca



Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600 de familia hidalga. Se educó en el Colegio Imperial de los Jesuitas en Madrid, en el que se familiarizó con los poetas clásicos latinos. En 1614 se matricula en la Universidad de Alcalá y, el año siguiente, en Salamanca, donde estudió Cánones y Derecho hasta 1620. 

Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo. En sus años jóvenes su nombre aparece envuelto en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas. De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta que tomó parte en la campaña para sofocar la rebelión de Cataluña contra la Corona (1640). 

Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo reflexivo de su madurez. En 1642 pide su retiro como militar y entra al servicio del duque de Alba. Goza, desde entonces de un período de tranquilidad para la creación literaria. En 1651 recibe las órdenes sacerdotales y se traslada a Toledo como capellán de los Reyes Nuevos. 

Vuelve en 1663 a Madrid por orden de Felipe IV que le nombra capellán de honor. Murió en Madrid el 25 de mayo de 1681.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes comentar libremente. Aunque permitimos comentarios anónimos, piensa que nos encantaría poner nombre/cara/avatar a cada comentario. La decisión es tuya :)