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lunes, 29 de agosto de 2016

Las flores del mal, Charles Baudelaire



Nota preliminar

Es curioso cómo llegan los libros a nuestras vidas. Algunos son recomendaciones directas, otras indirectas, uno son regalos, otros simplemente se ponen frente a nosotros y nos convencen de tómarlos entre las manos.

A partir de ahora me detendré un minuto en dejar constancia sobre la forma en que llega una lectura a mi “anaquel literario”. Para formar parte de mi “yo lector” y sumar, en mayor o menor medida, mi visión literaria.

Las flores del mal

Los viajes literarios son de los más provechosos que se pueden hacer. Tiene poco tiempo busco que mis lecturas tengan una misma línea. Y todo comenzó con el romanticismo. 


Se necesita mucha valentía para escribir un texto como “Las flores del mal”





¿De qué trata?


El alma expuesta en palabras de un escritor desnudo, crítico, intolerante, sarcástico y profundamente humano. Sus palabras armonizan imágenes que no podrían ser bellas de ninguna otra manera. De un contenido oscuro y melancólico que en muchos momentos traspasa los límites de lo que puede considerarse prudente o tolerable, de allí la valentía de su osada pluma.

Pero desde luego que no se puede escribir así sin consecuencias, la publicación de Las flores del mal, 1857, desató fuertes críticas y censura. Sobre todo si tenemos en cuenta la época y el entorno en que estas fueron publicadas. Los  poemas se consideraron «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres». El  autor fue procesado y ante esas  acusaciones Baudelaire respondió:

Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias.”

Aspecto destacable

El tiempo otorgó el valor merecido a estos pequeños poemas malditos. Su importancia, además de la que le confiere el lector después de absorberlos, es mi más ni menos el hecho de que  “Las flores del mal”, dan fin al ciclo del Romanticismo para abrir paso a la Modernidad, no sólo por la temática de su obra, sino por el replanteamiento estético que en ella se hace y que consiste en el descubrimiento de la belleza en lo "no bello".
De hecho cabe señalar en este momento que el término “modernismo” se le atribuye al propio Baudelaire.



Mi opinión 

En mi lectura individual me queda claro que las “flores del mal” hacen referencia a la mujer, y a la belleza que esconde los profundos desasosiegos humanos, o quizá sea justamente lo contrario. El alma expuesta, la llaga evidente, las imágenes majestuosas en escenas denigrantes, disfrazadas de una belleza de cartón. Lo cierto es que nada puede suplir el impacto de estas breves frases como la lectura individual, que adelanto, no es una para todos los gustos, ni mucho menos accesible en todas las etapas de la vida. Su magia radica también en que le habla a almas que vibran en la misma sintonía y eso siempre dependerá del momento en que cada uno se encuentre. Las traducciones son por otro lado muy variadas y en algunos casos encontrarán ediciones que tratan de apegarse a los fraseos y rimas lo más cercano posible y en otros, un acercamiento más desde el punto de vista estético y fiel, aunque a los puristas pudiera resultarles un agravio. Lo lamentable en cualquiera de las ediciones en español es que, como bien señalan en uno de sus prólogos:

Se brinda el verbo, más nunca la música sublime de Charles Baudelaire”.

¿Por qué leer este libro?

Para las personas que tienes aun dudas y no sabes qué es lo que pueden encontrar en estas páginas, les dejo varias de mis frases favoritas, para animarlos y despertar el interés en esta lectura, además de una breve biografía que rescata los aspectos más importantes sobre la vida de este escritor.



Citas, las flores del mal

“El enamorado, jadeante, inclinado sobre su bella tiene el aspecto de un moribundo acariciando su tumba.” 


“Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes; Nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones, Y entramos alegremente en el camino cenagoso, creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.” 

“El Poeta se asemeja al príncipe de las nubes que frecuenta la tempestad y se ríe del arquero; Exiliado sobre el suelo en medio de la grita, sus alas de gigante le impiden marchar.” 



Charles Baudelaire

(París, 1821 - 1867) Poeta francés, máximo exponente del simbolismo, considerado iniciador de la poesía moderna. Hijo de Joseph-François Baudelaire y de Caroline Dufayis. Su padre murió el 10 de febrero de 1827, su madre se casó al año siguiente, Baudelaire nunca aceptó a su padrastro.

Su padre, descontento con la vida liberal y libertina que llevaba el joven Baudelaire, lo envió a un largo viaje con el objeto de alejarlo de sus nuevos hábitos. Pero luego de una escala en la isla Mauricio, regresó a Francia, se instaló de nuevo en la capital y volvió a sus antiguas costumbres. Siguió frecuentando los círculos literarios y artísticos y escandalizó a todo París con sus relaciones con Jeanne Duval, la mulata que le inspiraría algunas de sus más brillantes y controvertidas poesías.

Como ya era mayor de edad, reclamó la herencia paterna, pero su vida de dandy le hizo dilapidar la mitad de su herencia. El 21 de septiembre de 1844 la familia designó un notario para administrar su patrimonio y le asignó una pequeña renta mensual, situación que profundizó sus conflictos familiares.

Ante los primeros síntomas de la sífilis y en medio de una fuerte crisis afectiva, intentó suicidarse. Más tarde publicó Le Salon de 1846 y colaboró en revistas con artículos y poemas. Fue además pionero en el campo de la crítica musical, sobre todo la opinión favorable que le mereció la obra de Wagner, que consideraba como la síntesis de un arte nuevo. 

La publicación de Las flores del mal, en 1857, desató la violenta polémica que se creó en torno a su persona. El 30 de diciembre de 1856, Baudelaire había vendido al editor Poulet-Malassis un conjunto de poemas, trabajados minuciosamente durante ocho años, bajo el título de Las flores del mal, que constituyó su principal obra y marcó un hito en la poesía francesa. El poemario se presentó el 25 de junio de 1857. Gustave Bourdin, en la edición de Le Figaro del 5 de julio, lo consideró un libro "lleno de monstruosidades", y once días después la justicia ordenó el secuestro de la edición y el proceso al autor bajo el cargo de «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres». Sin embargo, ni la orden de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le fue impuesta impidieron la reedición de la obra en 1861. En esta nueva versión aparecieron, además, unos treinta y cinco textos inéditos.

Precedido de una dedicatoria en verso "Au Lecteur", desconcertante y penetrante apóstrofe, Las flores del mal está dividido en seis secciones: Spleen e Ideal, Cuadros parisienses, El vino, Flores del mal, Rebeldía y La muerte. En esta subdivisión ha querido verse la intención del autor de dar a la obra casi el riguroso dibujo de un poema que ilustrase la historia de un alma en sus sucesivas manifestaciones. Así, el espectáculo de la realidad y el resultado de las múltiples experiencias (que proporcionaron el terna a las poesías de la primera y de la segunda secciones) seguramente llevaron al poeta a una desolada angustia, que en vano busca consuelo en los "paraísos artificiales", en la embriaguez; después, a una nueva reflexión sobre el mal con sus perversos atractivos y su desesperado horror, de donde se origina un desesperado grito de rebelión contra el mismo orden de la creación; y, finalmente, el extremo refugio de la muerte. Sin embargo, aunque puedan reconocerse las etapas de su drama personal e incluso las anécdotas biográficas (sus amantes: Jeanne Duval, Madame Sabatier, Marie Daubrun), este diseño ideal debe entenderse solamente en su valor simbólico, no como una sucesión propiamente "histórica" de 

La sífilis que padecía le causó un primer conato de parálisis (1865), y los síntomas de afasia y hemiplejía, que arrastraría hasta su muerte, aparecieron con violencia en marzo de 1866, cuando sufrió un ataque en la iglesia de Saint Loup de Namur. Trasladado urgentemente por su madre a una clínica de París, permaneció sin habla pero lúcido hasta su fallecimiento, en agosto del año siguiente. Charles Baudelaire es considerado el padre, o, mejor dicho, el gran profeta, de la poesía moderna.



Obras

Salon de 1845 / El Salón de 1845 (1845)
Salon de 1846 / El Salón de 1846 (1846)
La Fanfarlo (1847)
Du vin et du haschisch (1851)
Fusées (1851)
L'Art romantique (1852) con publicación en 1869.
Morale du joujou (1853)
Exposition universelle (1855)
Les Fleurs du mal / Las flores del mal (1857)
Le Poème du haschich (1858)
Salon de 1859 / El Salón de 1859 (1859)
Les Paradis artificiels / Los paraísos artificiales (1860)
La Chevelure (1861)
Réflexions sur quelques-uns de mes contemporains (1861)
Richard Wagner et Tannhäuser à Paris (1861)
Petits poèmes en prose o Le Spleen de Paris / Pequeños poemas en prosa o Spleen de París (1862)
Le Peintre de la vie moderne / El Pintor de la vida moderna (1863)
L'œuvre et la vie d'Eugène Delacroix (1863)
Mon cœur mis à nu (1864)
Les Épaves / Los despojos (1866)
Curiosités esthétiques / Curiosidades estéticas (1868)
Journaux intimes (1851-1862)


Ana Saavedra

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