De narradores y otros entes del submundo
Ya en una entrada anterior hablé sobre los tipos de narradores, los cuales suelen dividirse de diferentes maneras dependiendo del autor que hable sobre ellos. En esta ocasión se abordará otra manera de clasificar a los autores en el relato, cosa muy útil a la hora de analizar o escribir, pues el narrador es una de las partes más importantes ya que entra en contacto directo con el lector.
De acuerdo a esta clasificación que se presentará, los narradores pueden dividirse en protagonista, personaje y testigo.
Narrador protagonista
Es la voz narrativa que se encarga de contar los hechos que transcurren en el relato en primera persona, más que nada se dedica a contar su propia historia.
Este tipo de narrador es muy útil si lo que se quiere es lograr una empatía más profunda y rápida con el lector pues permite la fácil asimilación con sus sentimientos, pensamientos y deseos.
Un ejemplo de este narrador sería:
“Me levanté aquella mañana con la certeza de que ese día al fin acudiría a mi cita con el destino.”
Una inconveniencia de utilizarlo es que el lector sólo cuenta con esta fuente para enterarse de lo ocurrido en el relato. No puede conocer la perspectiva de otros personajes ni el motivo de sus acciones. Debe arriesgarse a creer sólo en lo que esta voz narrativa le comunica con las limitaciones que ello implica.
Narrador personaje
Este tipo de narrador es un personaje secundario que relata lo que le sucede al protagonista. Participa de la acción del relato aunque no es el centro del mismo.
Podría asimilarse con una especie de guía que participa de las victorias y sinsabores del protagonista.
Por ejemplo:
“Cuando Gregorio, uno de los mejores detectives de la fuerza, penetró en el cuarto a examinar el cadáver desangrado supe que se nos venía un caso gordo encima, quizá el más importante de nuestra carrera.”
Entre los inconvenientes de utilizar este tipo de narrador es que, al igual que con el narrador protagonista, sólo se cuenta con una visión parcial de las acciones.
Narrador testigo
Este tipo de voz narrativa se encarga de contar las acciones en primera persona también. Asume el rol de un simple espectador de los hechos que le ocurren a otros personajes.
Un ejemplo sería:
“La semilla mágica rodó kilómetro tras kilómetro hasta aterrizar cerca del riachuelo que abastecía el pequeño poblado en que el pequeño Juan dormía sin enterarse de nada.”
Uno de los inconvenientes de hacer uso de este tipo de narrador estriba en que no se puede conocer el interior de los personajes, ni sus pensamientos o sentimientos, por lo que se desconoce el motor de sus acciones.
Como se ve, todos los narradores tienen sus beneficios y asegunes, ninguno es mejor o peor que otro, y su utilidad depende del tipo de relato que se vaya a construir.
Nos vemos en próximas entradas para seguir adentrándonos en las características de los elementos más importantes que integran el relato. Cualquier duda estoy a su disposición en los comentarios.
Santa Cassandra Aguilera Hernández
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