viernes, 22 de abril de 2016

DESMONTANDO MITOS - ESCRITORES / EMILIA CASAS FERNÁNDEZ.

Buen día estimados amigos, quiero compartir con todos vosotros un artículo de la escritora zamorana Emilia Casas Fernández, que desde mi punto de vista, es una opinión muy acertada de la autora sobre la visión que se tiene de quienes hemos incursionamos en el mundo de la escritura. No es el primer artículo de Emilia que me ha despertado interés, desde su página comparte con sus seguidores y amigos muchas opiniones con gran acierto, así que os invito a seguirla, no sin antes leer este artículo y como siempre, esperamos vuestras opiniones, un fuerte abrazo para todos y disfrutad de la lectura.

DESMONTANDO MITOS / ESCRITORES.

Los escritores son esos seres a los que nos imaginamos en una casita junto a un lago, con su ordenador portátil, tomando té o café o incluso un whisky y escribiendo tranquilamente con una chaqueta gruesa de lana encima. Pasan ahí unas semanas, dormitando junto a la chimenea por las noches y levantándose pronto para escribir. Luego, vuelven a la civilización con el libro terminado y se dedican a una vida ociosa dando vueltas por librerías, fiestas y algún plató televisivo o estudio radiofónico, mientras toman té o café, y algún whiskycillo con el meñique extendido y teniendo conversaciones sublimes con sus amigos, todos ellos, evidentemente, artistas y muy cultos. Los imaginamos paseando por museos y exposiciones, utilizando muchas palabras esdrújulas que el resto de los mortales (en los que yo me incluyo) no hemos oído nunca. Afortunadamente esa imagen no se corresponde a la realidad, aunque, siempre hay excepciones y, aunque podría deciros: siento desilusionaros… es un alivio para mi explicar que esa imagen del escritor ermitaño que en las películas de terror siempre acaba volviéndose loco o perseguido por fantasmas, es tan producto de nuestra imaginación como las gafas de rayos X o la teletransportación...

Plantearse escribir es adentrarse en un espacio peligroso, porque se entra en un oscuro túnel sin final, jamás se llega a la satisfacción plena, nunca se llega a escribir la obra perfecta o genial, y eso produce la más grande de las desazones. Antes se aprende a morir que a escribir. Hay gente que piensa que escribir es un oficio aburrido. Y aunque es cierto que uno pasa horas tecleando o garabateando ficciones en un papel, la vida del escritor, salvo excepciones, no es apasionante, pero, una vez escrito lo escrito, muchas veces suceden cosas insólitas (y aquí es donde para mí, comenzaría la realidad del escritor y terminaría el mito): personas que te escriben para darte su opinión ante una de tus obras, suele ser una crítica, habitualmente razonada y discreta que, en cantidad de ocasiones ayuda y en la mayoría enseña, regalos que te llegan sin más, sin motivo, sin explicación, personas con las que te encuentras por la calle y te paran para decirte que “X” texto de uno de tus libros, les fue útil para solucionar un pequeño conflicto interior y lo más importante: amistades nacidas en el amor a las palabras.

Emilia Casas Fernández




1 comentario:

  1. Una visión muy interesante de Emilia Casas Fernández desarrollada con lenguaje fluido y puntual sobre lo que ha sido, quizás, la figura paradigmática del escritor como producto de los medios más que de la realidad. Me he permitido reproducir este artículo en mi blog http://ciudaddeletras2.blogspot.com en la categoría de "Página invitada" asignándole, como debe ser, todos los créditos.Un abrazo fraternal.

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