viernes, 13 de mayo de 2022

Aventuras de una mamá lectora, la niña en busca de un día especial

 Guarda bien tus momentos libres. Son como diamantes sin cortar. Deséchalos y su valor nunca será conocido. Mejóralos y se convertirán en las gemas más brillantes de una vida útil.

RALPH WALDO EMERSON

 

 

 

Mis queridos Anaquelianos, nuevamente nos encontramos en medio de libros, aventuras e instantes que llamamos vida. Gracias por el privilegio que me dan al compartir conmigo un momento de sus días. Esta mamá lectora tiene el corazón lleno de agradecimiento para ustedes.

 

Permítanme iniciar nuestra conversación haciéndoles una pregunta: Cuándo eran pequeños, ¿qué soñaban con ser de grandes? ¿Lograron realizar lo que de pequeños se dormían soñando que serían? Bueno, creo que es más de una pregunta. Pero, a veces, es importante que recordemos nuestros deseos de la niñez, para ya sea que, tomemos una diferente dirección en nuestra vida o nos demos un nuevo impulso en el camino que llevamos andado.

 

“ La valentía de la confesión eleva el valor de los hechos”

 

Mi pequeña Valentina tiene una idea muy clara de lo que quiere ser cuando, cito sus palabras: “Sea grande como tú”. Haciendo una pausa aquí, me ha puesto una gran responsabilidad sobre mis hombros, ya que siendo su ejemplo  a seguir, tengo que aspirar a hacer las cosas mucho mejor, a triunfar con ganas y a fracasar con valentía, mostrándole así, que la vida tiene más de una cara, y que en todas aprendemos siempre. Perdón por desviarme de mi conversación, ustedes ya me conocen, entro en detalles que me hacen reflexionar y perderme a momentos. Bueno, la pequeña gobernadora de esta casa; éste es el nuevo título que se ha ganado a pulso, ha declarado en más de una ocasión que quiere ser doctora y astronauta. ¿Acaso, saben ustedes por dónde debemos empezar el camino para llegar a este destino? 

 




En distintas ocasiones le he preguntado acerca de su vocación y su respuesta es siempre la misma. Creo que la culpa la tenemos su papá y yo, ya que en las noches antes de dormir, nos ponemos a ver documentales sobre el espacio y la Física; confieso que en algún momento yo ponía esos documentales porque me gustan mucho, pero también, con la esperanza de que mi pequeña se aburriera pronto y se rindiera a los brazos de Morfeo. Nota al lector: Esto nunca sucedió. El lograr dormir a esta bola de energía en movimiento constante, es una tarea que tal vez sólo los dioses del Olimpo pudieran enfrentar. Esto es tema para otra ocasión, mis queridos Anaquelianos.

 

Dado su interés constante, he buscado personajes inspiradores en los que ella pudiera verse reflejado, y gratamente nos hemos encontrado con una chica muy especial, que alguna vez nos dijo: 

No dejes que nadie robe tu imaginación, creatividad o curiosidad. Es tu lugar en el mundo, es tu vida. Continúa y haz todo lo que puedas con el, y haz que sea la vida que quieras vivir” Mae Jemison, astronauta. Estas palabras resonaron profundo en nuestros corazones. Y ya sea que algún día se ponga un casco de astronauta, o se cuelgue un estetoscopio al cuello, o quiera sacar cuentas en una empresa, no me importa, lo que de verdad anhelo es que sea feliz mientras lo realiza.

 

“La verdad de que el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre”

 

Esto me lleva a otra aventura que quiero compartirles Anaquelianos. Valentina en más de una ocasión me pregunta: 

     Mamá, ¿Qué día especial es hoy? 

     Todos los días son especiales, mi corazón chiquito.

     No mamá, pero ¿ahora haremos algo divertido cómo el día que jugamos al espacio y los astronautas?

 

Y a esta mamá, las maneras para mantener entretenida a su pequeña se le estaban acabando, hasta que por gracia divina una idea se plantó en su cabeza y germinó en forma de una actividad singular. Cada mes elaboramos un calendario, es toda una ocasión especial, ya que nos sentamos con muchas hojas, marcadores y colores mientras discutimos seriamente el diseño del mes que estamos por empezar, luego anotamos todas las fechas relevantes, para estar preparadas. Pero, se me ocurrió, que podía señalar “días peculiares” para que tuviéramos algo diferente que hacer. Mi querido amigo Google me ayudó mucho en esta tarea, ya que me asistió en una investigación donde descubrí que cada día se celebra algo único en algún rincón del mundo. Y ahora, esas fechas están marcadas en los días de nuestro calendario.

 

“El hombre tiene la peculiaridad de que no puede vivir si no mira al futuro”

 

Por ello cuando mi Valentina me pregunta ¿Qué día especial es hoy? Yo con una sonrisa le contesto: “Mira el calendario, veamos que nos toca”. Hemos festejado el día del atún, ya se imaginarán que estuvo en el menú; en el día de la astronomía por la noche salimos a ver las estrellas y ahora último el día de los calcetines perdidos. Todos los días hay algo que celebrar, y si nuestro día está en blanco, celebramos no hacer nada. Que también es válido.


 

“Qué es, en realidad, el hombre” El ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas c

on paso firme musitando una oración”

 

Quien me inspiró en buena parte a realizar estas actividades con mi pequeña, fue Viktor Frankl y su libro “El hombre en busca del sentido”. Sufrí cuando lo leí, porque el dolor de sus palabras trasminaba por las letras hasta mi diario vivir, pero también me enseñó que soy muy bendecida, en más de una manera. A veces, uno se duerme en la rutina y da por sentado todo lo que tiene, pero un libro puede enseñarnos que no siempre es así. Esta obra me ayudó a recobrar el sentido de mi vida, y también a darle esa perspectiva a mi hija.





 

“No ya sólo nuestras experiencias, sino cualquier cosa que hubiéramos hecho, cualesquiera pensamientos que hubiéramos tenido, así como todo lo que habíamos sufrido, nada de ello se habría perdido, aun cuando hubiera pasado; lo habíamos hecho ser, y en haber sido es también una forma de ser y quizá la más segura”


 


Mis queridos Anaquelianos, me despido de ustedes, deseándoles que encuentren un libro que les recuerde sus sueños de pequeños, aquellos que le daban sentido a su vida, y ahora ya de adultos tengan la bendición de vivirlos. Que se arropen entre las letras de esos autores con vivencias únicas, extraordinarias y dolorosas para poder encontrar la valentía necesaria para hacer de cada día, un día especial. Yo mientras tanto, buscaré esos calcetines perdidos.

 



Erika C.

 

 

 

 

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