Relatos escritos por
los niños y jóvenes del taller
"Alas de papel para niños y jóvenes escritores"
los niños y jóvenes del taller
"Alas de papel para niños y jóvenes escritores"
EL NIÑO Y LA SERPIENTE
Aldo Tapia Mosqueda
Había una vez una serpiente que se colgaba del árbol. Un niño se
subió a ese árbol y lo mordió. El niño gritó y su mamá lo oyó. Fue corriendo a
verlo y le preguntó que qué le había pasado, él le contó sobre la víbora pero
su mamá no le creía.
Lo llevaron al hospital pero
en el camino dejó de respirar por el veneno mientras que su papá, que se
había quedado en casa, encontró a la víbora y la mató con una guaparra.
Cuando la víbora murió, el niño volvió a respirar.
Aldo tiene 11 años y forma parte del Taller para Niños Escritores de
la Comunidad Mexiamora en Guanajuato por cortesía de Minera Mexicana El Rosario
subsdiaria de Great Panther Silver. Le gustan las tortillas con salsa y cuando
crezca quiere ser piloto aviador.
LA VIDA
Ana Sofía
La vida en mi opinión, es algo que está en constante movimiento,
cambio y transformación no es algo que se pueda detener, nadie nos puede decir
cómo vivirla, es nuestra decisión y en mi opinión es importante aprovecharla,
porque no hay otra.
Veámosla como una metáfora, simplemente como uno de esos viajes en
auto que de seguro todos hemos realizado al menos una vez, tus padres siempre
te llevan en la parte trasera hasta que creces un poco más entonces puedes
apreciar todo desde otro panorama.
Primero se siente raro pues en el camino hay que frenar, en
ocasiones de golpe y el poder ver lo que la demás gente hace, es increíble pues
no todos actuamos de la misma manera pero a pesar de todo eso, las expresiones
son diferentes.
Entonces llega la hora del sol y entonces bajamos el espejo, ese que
a veces usa nuestra mamá para maquillarse o que incluso tú mismo usas para
verte; te ves tanto tiempo que te olvidas de los demás, ya no podemos ver todo
el panorama, dejamos de ver el cielo, el sol, los dibujos que hacen las nubes y
finalmente comenzamos a ver el celular o en el mejor de los casos a platicar,
que no es que este mal, pero ¿Qué pasa con el disfrute del viaje?
Nos lo perdemos casi por completo, después llegamos a nuestro
destino y nos bajamos.
La vida para alguien menor sería así, conforme vas cambiando, ella
cambia, pero nunca se detiene.
Hasta que un día te detienes. Eres viejo y te bajas, tal vez te
encuentras a tu madre que se bajó años antes o tu padre o a tu hermano, o quién
sabe, inclusive te puedes encontrar a tu mascota, y cuando te bajes ya no hay
vuelta atrás, de repente te das cuenta que nunca, durante el viaje subiste el
espejo, nunca pudiste disfrutar de la vida y finalmente ya no hay marcha atrás
así que, insatisfecho, sigues tu camino.
¡Sube el espejo!, están bien distraerte, pero date cuenta de lo que
te pierdes, disfruta del sol, del cielo, de las nubes, incluso de la luna, las
estrellas, la lluvia, y claro, de la compañía, pues algún día quién sabe cuándo
te vas bajar de auto y te darás cuenta que viviste la mejor vida del mundo, que
la disfrutaste y que conseguiste lo que querías… Vive.
Ana Sofía es forma parte del
Taller de Escritura Creativa en Querétaro bajo la Coordinación de Isabel Gama.
Este texto lo publicó también en el blog del Instituto J. Francisco Rodríguez
que
recomendamos visitar:
LA PALOMA
Ana Victoria Rangel Gutiérrez
Había una vez un señor que hacía una pizza muy rica. Él era muy
famoso y su pizza también. Un día se le ocurrió hacer spaguetti y le salió bien
rico.
-¡Hurraaa! Compren
su pizza y de regalo spaguetti –gritaba el señor muy contento.
Su restaurante estaba lleno, cuando el señor estaba cocinando llegó
una paloma y se posó sobre si hombro y el ave dijo:
-¡Cucu cucuuu cu!
El hombre le preguntó:
-¿Tienes hambre?
Y le dio una rebanada de pizza. La paloma se la comió toda. El señor
adoptó a la paloma y ella aprendió a cocinar y los dos vivieron desde entonces
muy felices.
Ana Victoria tiene 9 años y lleva 2 años en el Taller de Niños
Escritores de Cata patrocinado por Minera Mexicana El Rosario Subsidiaria de
Great Panther Silver S.A. de C.V. en Guanajuato, México.
EL LOCO
Karol Andreina Rivera Ramírez
Había una vez un señor que estaba loquito. Era un señor que alguna
vez estuvo bien pero se cayó, se lastimó la cabeza.
Un día, un cazador que vivía en una cabaña del bosque fue a explorar
la naturaleza y encontró al loco que andaba corriendo por todas partes. El
cazador ya tenía varios días de escuchar cosas raras sin saber de dónde
provenían y se asustó porque los gritos del loco eran muy fuertes. Pensó que le
sucedía algo malo y decidió llamar a una ambulancia.
El loco fue atendido y poco a poco se recuperó hasta conseguir
recuperar su vida normal y ser feliz otra vez.
Karol tiene 9 años y tiene 2 años en el Taller de Niños Escritores
de Mellado patrocinado por Minera Mexicana El Rosario Subsisdiaria de Great Panther
Silver. Su comida favorita son las gorditas que hace su abuela.
LA PIRATA
Marielena Orozco Corona
Había una pirata que era la hija del
capitán que la enseñaba para que cuando ella ya fuera grande tomara su puesto,
al principio los demás tripulantes se le oponían pues creían que una mujer no
debía dirigirlos, pero cuando la infanta se hizo grande demostró su enorme
habilidad de líder y los hombres se dieron cuenta de que no por ser mujer
significa que es inferior y todos juntos navegaron por los siete mares
consiguiendo tesoros y donando parte a la caridad pues sabían que había gente
que lo necesitaba más que ellos.
Marielena tiene 11 años y desde hace un año
pertenece al Taller Independiente Alas para niños escritores en Guanajuato,
México. Su comida favorita es el espagueti que cocina su abuelita y su autor
favorito es Kiera Cass.
PINTOR DE ESPERANZA
Shaday Michael Naranjo
Un día cogí
un pincel
y me puse a
pintar.
Pinté la libertad de nuestro pueblo
cansado de esperar,
una rueda abrazos de todas
las personas
empezando en el hogar.
Pinté el silencio de bombas y cañones
cansados de estallar,
rosas blancas y jazmines
en el campo y la ciudad.
Pinté un edén sin maldad y sin pecado,
a niños en parques y jardines
jugando sin parar,
a todos los campesinos
labrando la tierra sin parar.
Pinté y pinté una pintura hermosa
con mi pincel de esperanza.
Solo me faltó pintar
y me tocará esperar
a los hombres violentos
arrepentidos buscando la verdad.
Shaday tiene 13 años, formó parte del Taller de Niños en Chinú,
Córdoba, Colombia a cargo de la escritora Mirian Castillo Mendoza.
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