martes, 10 de diciembre de 2019

Micrófono Abierto, Javier Torras de Ugarte


Javier Torras de Ugarte


Javier Torras de Ugarte (Madrid, 1982). Doctor en Historia del Arte por la UCM, trabaja en una galería de arte moderno y contemporáneo. Ha publicado seis novelas: La Ciudad Vertical (2011), El Libro Eterno (2013), ¿Crees en la Magia? (2014), La Memoria del Tiempo (2015), Te amaré todas las vidas (2017) y Ávida Dollars y la ciudad de Edén (2019), además de varios relatos. Sus géneros predilectos son el histórico y la Ciencia Ficción.    




Hola buen día, bienvenido a esta sección de “Micrófono Abierto”, en donde llevo ya siete años ininterrumpidos de realizar entrevistas a escritores de todos los géneros con la misión de ayudarlos a llegar a más lectores. Gracias por aceptar la entrevista. Comenzamos

Preguntas

¿Qué implica para ti escribir?
Pues… la verdad es que lo implica todo. Se ha convertido en una parte tan inherente a mí, en algo tan importante, que ha pasado en unos años a implicarlo todo. Condiciona mi vida, para bien, obviamente. Mis relaciones con la gente, mi tiempo libre, mi profesión… En fin, lo es todo. Es mi vida. ¡Y me encanta que así sea!


En los tiempos que corren, ¿cuál crees que es la principal responsabilidad de un escritor?
Es complicado definirlo. Muchos dirán que el puro entretenimiento es lo mínimo exigible; yo siempre he pensado que la literatura debe trascender, ir más allá del simple entretenimiento. Para mí hay que intentar aportar algo con cada escrito: puede ser una idea, un sentimiento, una forma distinta de ver algo, una reivindicación, una diatriba, un homenaje… Hay casi infinitas fórmulas de sobrepasar ese mínimo exigible.

Puedes platicarnos cómo fue que iniciaste en este camino literario y si hubo alguien a tu lado que te aminara a hacerlo.
Suele decirse que el trabajo de escritor es muy solitario. Cuando me inicié solo mi pareja de entonces y mi familia más cercana me animaban, aunque también era porque solo lo compartía con ellos. No tuve un mentor, por así decirlo, pero sí quien me apoyó cuando escribía sobre otros temas (arte e historia). Por aquel entonces redactaba textos para una galería de arte (Juana de Aizpuru), ellos sí me apoyaron. Llegué a la literatura al unir mi interés por la lectura con aquel sentimiento creciente que me empujaba a escribir.


¿Cómo es que influye tu profesión con la creación de ideas para historias?
La verdad es que mucho. La primera novela nació de la investigación de mi tesis, y en casi todas ellas hay mucho de arte, que es a lo que me dedico. La memoria del tiempo está plagada de artistas, como Dalí, Picasso, Velázquez, Goya, Friedrich… algunos de ellos son incluso personajes. Mis últimos proyectos son históricos, así que mi profesión es decisiva a la hora de crear historias.


¿Cuál fue tu razón para elegir la auto publicación?
En 2014 escribí ¿Crees en la Magia? Fue un proyecto muy personal, es un libro muy íntimo con alguna parte incluso autobiográfica. Había publicado con algunas editoriales, pero para ese libro quería tener yo el dominio de todo el proceso. Por eso elegí la auto publicación en un primer momento.


Cuéntanos sobre “La memoria del tiempo”
Es un thriller histórico, aunque quizá un poco diferente a lo que se suele ver. La novela narra la investigación que hacen dos personajes de la actualidad sobre una misteriosa figura de barro que va a salir a subasta. Cada vez que averiguan algo de alguno de sus propietarios, la novela salta a esa época. Hay muchas aventuras, acción, historias de amor, arte, historia… y mucho misterio.


Podrías decirnos cómo es el proceso que te lleva desde tener una idea inicial hasta poner la palabra fin a la misma.
El proceso es muy largo. La última novela que he escrito, y que aún no está publicada, me llevó tres años desde la idea hasta escribir la primera palabra. Investigo, reflexiono, busco información que me lleva a otra y esta a otra. Voy formándome una idea en la cabeza, sobre todo del contexto, y busco más información. Para una novela histórica no vale con conocer la historia que se quiere contar; el mundo es orgánico, las cosas no suceden por una sola razón, son el resultado de una concatenación de causas. Hay que conocer el contexto, la arquitectura, la sociedad, la vestimenta, las relaciones con otros lugares, los hechos históricos adyacentes y transversales… Es un proceso global e igualmente orgánico. También es cierto que hay que saber dónde poner los límites, porque se puede convertir en un proceso sin fin.


Sé que todas las creaciones son especiales a su manera, pero si tuvieras que elegir solo una, ¿cuál de tus historias te ha dado más satisfacción y por qué razón?
Es muy difícil, de verdad. Todas y cada una de mis historias tienen un hueco grande en mi corazón. De todas ellas puedo decir cosas bonitas personales. “Te amaré todas las vidas” es quizá la más íntima, la que más se llevó de mí.


¿Cómo creas un personaje?
Busco referentes físicos para visualizarlo. Busco rasgos característicos de su personalidad e investigo cómo funciona esa psique. Lo más importante: me fijo en personas que puedan tener esos rasgos para ver cómo actúan, cómo hablan, cómo se mueven, cómo gesticulan, cómo se apartan el pelo de la cara… Todo. Es también un proceso global. Pienso en su pasado, aunque no vaya a aparecer en la novela. Las razones que los llevan a ser cómo son y cuáles son sus objetivos y metas.


La auto publicación ha cambiado mucho de unos años para acá. ¿En tu opinión qué se necesita para darse a conocer?
Ha cambiado muchísimo. Y va a seguir cambiando. Es algo que también está en proceso y no sabemos cómo va a acabar. Para darse a conocer se necesitan muchas cosas, pero dos son muy importantes: trabajar mucho y bien y tener un golpe de suerte. La una sin la otra es difícil que te lleve a ninguna parte. Aunque hay casos.


¿Dirías que tus historias tienen algún mensaje recurrente?
Sí, hay lugares comunes que siempre me gusta visitar, aunque sea desde distintos ángulos: los sueños, los recuerdos, la memoria, el destino… Conocí a un pintor de los años ochenta, Sigfrido Martín Begué. Era un tipo muy interesante, con muchas ideas. Yo investigaba sobre sus obras y me concedió una entrevista. Le hice un montón de preguntas, pero él me lanzaba evasivas hasta que al final me dijo: los pintores pintamos una y otra vez el mismo cuadro, solo que lo vestimos de distintos colores y formas. Creo que a los escritores nos pasa un poco lo mismo, quizá sin llevarlo al extremo, pero todos tenemos nuestras obsesiones, nuestras inquietudes, nuestras reflexiones… Y a final siempre aparecen de un modo u otro.


¿Quiénes dirías que son tus grandes maestros literarios, aquellos a quienes recurres de forma habitual?
Siempre he leído mucha literatura clásica. Goethe, Bécquer, Poe, Lovecraft y Shakespeare son mis favoritos. De la actualidad es difícil concretar, pero desde luego me he dejado influenciar (¡benditas influencias!) por Ken Follet, Ildefonso Falcones, Stephen King… y por mi autor contemporáneo de cabecera: José Carlos Somoza. Cómo posdata puedo decir que recurrir a Cien años de soledad es siempre un viaje extraordinario.




En la misma línea de pregunta, ¿cuáles son tus tres libros favoritos y por qué?
Werther (Goethe): Para mí descubrir este libro en la adolescencia fue como descubrir el fuego o la rueda. Es una novela clásica que trata temas muy modernos de una forma que ahora consideraríamos “antigua”. Está plagada de sentimientos, de hipérboles, de emociones que se ven reflejadas en la naturaleza… Es el romanticismo pleno, el dejarse llevar por el corazón hasta las últimas consecuencias. ¿Qué puede pedir un alma adolescente?


Los pilares de la tierra (Ken Follet): Lo leí con auténtica avidez, como un náufrago intentando alcanzar el agua de la lluvia. Recuerdo que iba a la universidad con el libro, leyendo en el metro y luego en el autobús. Cuando llegaba a la puerta de clase, a veces me quedaba en las escaleras leyendo hasta la siguiente. 

La tabla de Flandes (Arturo Pérez Reverte): Quizá no diría que es uno de mis libros favoritos, pero sí de los que mejor recuerdo puedo tener. Fue, quizá, el libro que me enganchó como verdadero lector de novelas, y tal vez el que lanzó la primera chinita a mi interés por la escritura. Es una novela magnífica, sin duda, pero tampoco de las mejores que he leído. A pesar de todo, la incluyo aquí dejando de lado otros libros de cabecera míos como El señor de los anillos, Canción de hielo y fuego, Cien años de soledad, Clara y la penumbra…


Platícanos sobre tus otras obras publicadas. De manera sintética ¿de qué trata “La ciudad vertical”, “Crees en la magia”, “El libro eterno”.
La ciudad vertical fue mi primera novela. Es una distopía que nos traslada a un futuro en el que las ciudades se han trasladado a gigantes edificios de ciclópeas dimensiones, comunicados entre sí por medio de pasarelas y puentes. Ya nadie baja a la tierra firme para nada, de hecho está prohibido. No existen comunicaciones entre las ciudades ni nadie sabe nada del pasado. En medio de esa sociedad alienada, clónica, de tecnología avanzada pero con carencias importantes en cuanto a humanidad, un hombre siente curiosidad, se sale de la pauta. Eso desencadena una serie de aventuras que lo llevarán a descubrir la verdad de esa nueva civilización. Y la verdad no siempre es lo que uno esperaría.

¿Crees en la magia? es la historia de una joven que ha abandonado sus sueños de infancia. Su sonrisa se ha ido apagando con el paso del tiempo, con la rutina de una vida aburrida y dirigida. Pero un buen día, por esas extrañas jugadas del destino, conoce a un chico con el que tiene una conexión especial. Él se despide lanzándole esa pregunta y proponiéndole que retome sus sueños de infancia, que haga aquello que siempre había querido hacer. No vuelve a ver a ese chico, pero siente que la llama de la esperanza ilumina de nuevo su alma y se pone manos a la obra. Ese es el punto de partida, luego la novela se lanza a un contexto social similar al que tenemos hoy en día, y en medio de los problemas que hay en el mundo, esa joven tratando de cumplir su sueño… y el amor, claro, es una novela con mucho amor. Y magia.

El Libro Eterno está ambientado en lo que pasa después de La ciudad vertical. De nuevo nos encontramos esa civilización sin pasado, pero que se esfuerza por conocer su historia. Los libros, abandonados durante siglos, se convierten en reliquias, y los poderosos del mundo entero se afanan por encontrar los más importantes. Pero son dos adolescentes quienes encuentran el más poderoso de todos ellos y se ven obligados a emprender una huida por ese nuevo mundo postapocalíptico para proteger el libro eterno. Es una novela más de aventuras que de ciencia ficción y que se centra mucho en la relación que va naciendo entre los dos protagonistas y cómo el poder del libro y la necesidad de huir los va uniendo a la vez que los separa.



Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes con gran emoción, sobre este camino de escribir y estar en contacto con los lectores.
Cuando publiqué mi segunda novela, El Libro Eterno, hice una campaña de publicidad por Internet, para lo cual busqué las reseñas que había de La Ciudad Vertical. Así me encontré con que una profesora de una universidad estadounidense había hecho una investigación sobre ciencia ficción española incluyendo La Ciudad Vertical. Leí la investigación, para la que había tomado tres muestras… Unamuno, Rosa Montero y mi novela… ¡Mi novela! Contacté con ella y tuvimos ocasión de hablar largo y tendido y de conocernos en Madrid. Aún mantengo contacto con ella y nunca podré agradecerle lo suficiente que hiciera esa investigación y hablara de mi novela en diversas charlas por todo USA.


¿Fue difícil para ti decidirte a publicar tus historias? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
No, no fue difícil. Empecé a escribir por divertirme, porque el cuerpo me lo pedía. Pero cuando terminé La Ciudad Vertical y se la di a leer a mi familia, vi que quizá había hecho algo importante. La envié a un montón de editoriales, por aquel entonces la auto publicación apenas existía, y una de ellas se interesó. Me hizo inmensamente feliz ver mi nombre estampado en un libro por primera vez. Desde entonces, me hace igual de feliz con cada nueva novela.


¿Alguna vez buscaste publicar con alguna editorial tradicional?
Sí, he publicado con varias editoriales. Mi última novela salió con Suseya, y estoy muy contento. Algunas de las anteriores estuvieron en editoriales, pero ahora tengo yo el control sobre ellas.


Antes de despedirnos te agradecería les digas algún consejo a nuestros seguidores que comienzan su carrera literaria con más dudas que certezas. 
Si tienen más dudas que certezas… que sigan dudando de todo, es la mejor fórmula para aprender, poner en duda cada cosa que se hace. Trabajar duro, pero trabajar con ilusión. Esto no merece la pena hacerlo sino es algo que te llene de felicidad, porque el éxito es esquivo y es dificilísimo vivir de escribir. Y cuando terminéis un libro, corregid, corregid y seguid corrigiendo.

Fue un gusto tenerte en este espacio, recuerda que esta es tu casa y podrás contar con nosotros. Gracias por interactuar con la literatura en Anaquel Literario.
Muchísimas gracias a ti, Ana, a Cristina y a Anaquel Literario. Ha sido un absoluto placer.





La Memoria del Tiempo


El doctor en arte antiguo, Jaime Lucas, despierta una tarde de verano en un céntrico apartamento de Madrid. El timbre suena estrepitosamente traqueteando su cerebro envuelto en una poderosa resaca. Al otro lado de la puerta le espera la joven Sara Zambrano, que ha sido enviada por Sotheby’s para ayudarle en la catalogación de una extraña escultura de barro que representa a una diosa, perteneciente al legado del magnate Peter James, muerto en extrañas circunstancias unos días antes. Todo parece bastante normal excepto por una cosa: Jaime Lucas no recuerda absolutamente nada, ni siquiera su nombre.

A partir de ese momento la novela se convierte en un maravilloso viaje por la historia de la diosa de barro. Jaime y Sara investigan sobre sus orígenes y descubren que sus poseedores siempre estuvieron en contacto con grandes nombres de la historia: Felipe II, Velázquez, Goethe, Goya, Manet, Picasso, Dalí… a la vez que van comprendiendo la maldición que de la escultura se desprende.

Paralelamente Jaime Lucas debe ir descubriendo quién es él en realidad, qué secretos se ocultan en su memoria y por qué el destino parece haberle unido a la diosa de barro y a la joven empleada de Sotheby’s.

De un siglo a otro, la narración se centra en la vida de los dueños de la diosa, los peligros que corrieron para mantenerla a salvo, los sacrificios a los que esto les llevó y las historias románticas que les acompañaron. Importantes personajes de la historia de la humanidad cobran vida y tienen voz propia en la novela, participando en el argumento como protagonistas.

Jaime Lucas y su ayudante se adentrarán en las arenas de la historia y se verán obligados a hacer frente a todo tipo de peligros para esquivar la maldición de la diosa de barro, para desvelar los secretos de la memoria del tiempo.  


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Ana Saavedra

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