viernes, 11 de marzo de 2022

 Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera.

Coco Chanel


 

Es difícil hablar de un libro que tiene un lugar muy especial en nuestro corazón, porque no sabemos si le haremos la justicia merecida con nuestras palabras al intentar describirlo, ¿no lo sienten así en ocasiones mis queridos Anaquelianos?

 Para no perder la costumbre permítame realizarles una pregunta: ¿Cuál es el libro que está guardado en su corazón?

 

Hace mucho tiempo; no entraré en detalles para evitar sacar cuentas engorrosas, había una muchachita a la que le gustaba mucho leer y ávidamente recorría todos los libros que habitaban en su casa. Cierto día la buena fortuna llegó a ella, ya que una librería acababa de abrir sus puertas a una cuadra de su casa. Corriendo fue a encontrar en ella los más bellos libros que había visto en mucho tiempo, se paseó por los pasillos deseando poseer aquellos objetos que orgullosos descansaban en los anaqueles.


La chica que atendía la librería sonreía discretamente mientras su visitante ojeaba amorosamente un libro:

 

    ¿Te lo vas a llevar? —le preguntó

    Aún no tengo el dinero suficiente — contestó la muchachita.

    Puedes venir cuantas veces quieras y leer los libros que desees, sólo tienes que tener mucho cuidado de no maltratarlos—  le ofreció la chica detrás de la caja registradora.

 

La muchachita sintió su corazón brincar de alegría. Un rato más de conversación con la chica del mostrador y pudo convencerse de que el ofrecimiento era real.

Los días pasaron entre deberes escolares y tardes visitando la librería; ojeaba muchos libros, pero había uno en especial al que le dedicaba más tiempo, anhelaba poder llevarlo a casa.

 

    Ya estoy ahorrando mi dinero para poder comprarlo le dijo a la chica del mostrador una tarde cuando se despedía.

 

Reunió el dinero después de muchos mandados y trabajos extra, corriendo ansiosa fue a la librería, dirigiéndose con mucha seguridad al anaquel de la esquina. El libro que tanto había deseado ya no estaba.

 

    Tuve que venderlo hoy por la mañana— dijo la chica bajando la mirada— pero voy a realizar un pedido próximamente y lo incluiré. 

 

La muchachita se fue de la librería muy triste, el dinero que tenía en su mano había perdido todo su valor.

Los meses pasaron abriéndole las puertas al otoño y con ello al cumpleaños de la muchachita. Su madre le entregó un pequeño paquete esa mañana dándole un fuerte abrazo. La festejada arrancaba los pliegos con mucha ilusión; después de todo no se reciben regalos de cumpleaños todos los días; cual sería su sorpresa que al retirar todo el envoltorio pudo ver el libro que tanto había añorado: Mujercitas de Louise May Alcott.

 




Quizá por estar tan agradecida a esta bendición, Beth recibió otra; de todas maneras, merecía las dos.

 

Anaquelianos, ¿cuántas veces no hemos deseado tanto un libro y hemos disfrutado aún más cuando lo tenemos en nuestras manos?


El libro de Mujercitas lo he leído y releído tantas veces y siempre siento la misma emoción que habitaba en mi corazón como en aquellas tardes que pasé en la librería.


Hoy siendo madre, no puedo desear algo más que brindarle la misma felicidad a mi pequeña Valentina. 


Por las tardes, he leído a las muñecas que nos acompañan capítulos sobre “las aventuras de la mujeritas” según la descripción de mi pequeña lectora.

 

No trates de hacerme mayor antes de tiempo, Meg. Ya tengo bastante con verte cambiar tan de repente; déjame ser chiquilla tanto tiempo como pueda, dijo Jo…

 

En nuestras tardes de lectura Valentina ha compartido que cuando sea grande será astronauta y viajará por todo el universo; yo, en cambio a su edad, quería escribir libros y hacerme famosa, como Jo March.






Así que para motivar las aspiraciones de mi astronauta en formación he empezado a buscar lecturas donde haya mujeres fuertes que luchan por sus sueños, que no se dejan vencer por los estereotipos, desafiando las normas que la sociedad ha impuesto como ley por la costumbre.

 

Los ojos de Jo brillaron, porque siempre agrada ver que alguien tiene fe en nosotros.

 

Por medio de la lectura quiero mostrarle a mi niña que es necesario trabajar, ser fuerte y no dejarse vencer por las penas y reveses de la vida. Que como Jo sea valiente para alzar la voz en un mundo donde a la mujer se le ha minado ese derecho, pero que también sea compasiva como Beth con todos los que la rodean y aprenda a vencer sus vanidades como Amy y no olvidarse nunca de hacer todo lo necesario para librarse de los prejuicios como lo hiciera la bella Meg.


Pero sobre todo quiero mostrarle que este mundo esta lleno de seres hermosos que luchan día tras día desde la cocina de un hogar, dando lo mejor de sí mismas en un plato de comida, o en entornos laborarles donde la carrera esta repleta de obstáculos patriarcales y aún así cada mañana acuden con sus mejores zapatos dejando huellas de lucha mientras abren caminos.


Este mundo esta lleno de Mujercitas que luchan por alcanzar los sueños, sin importar que tan lejos se encuentren.

 

Anaquelianos me despido de ustedes, deseándoles que encuentren un libro que se aloje en sus corazones y los invite a luchar por sus sueños. Yo mientras tanto buscaré uno que hable de viajes al universo.

 

 

Erika C.

 

 

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