El caracol de Byron es uno de los siete faros del fin del mundo. Esto lo dota de una historia cargada de misterio, ensoñación y soledad. Guardan también sus paredes un trágico secreto que define la vida de un hombre. Para conocer su historia y saber más sobre el por qué y desde cuando lleva años abandonado, olvidado por los barcos que alguna vez alumbró y que ahora reposan a su sombra; hundidos, bailando al capricho de las mareas que fielmente guardan su recuerdo, debemos pasar una temporada anclados en Byron Bay. Disfrutando de unos platos marinos exquisitos, aprendiendo sobre las maravillas gastronómicas que ofrecen "los frutos de Dios".
En un ambiente recluido, con prácticamente cuatro personajes cargados de recuerdos y aspiraciones, una maleta que ira revelando la esencia de la novela, hilo conductor del pasado y el futuro, conoceremos la historia de Amos, Agapito, Cesárea y el prometedor Henrique. Una pieza importante del rompecabezas difícil de encajar en un ambiente olvidado como el de Byron Bay. La razón no será develada hasta entrada la trama, lo que despertará dudas preguntas y miedos que uno a uno la marea ira trayendo pausada a la costa.
La vida de Agapito, un marinero curtido en años y anécdotas, dota de sabiduría marina y cuentos de ultramar nuestra estancia en Byron Bay. Lo servicial de Cesárea, su esposa, brinda al ambiente una sensación familiar que nos permite relajarnos, disfrutar de las estampas marinas, e interesarnos cada vez más en el halo misterioso que emana de esa mujer llena de virtudes. Todos tienen una razón para estar apartados en ese lugar olvidado del mundo.
La pluma de Rafael R. Costa llena de vida y pulso a estos personajes. Conecta sus presentes con su pasado y futuro, en unas espirales que asemejan las escaleras empinadas y recluidas del faro que los contempla. La trama da vueltas, va y viene de manera imperceptible. Entre copiosos desayunos y elaboradas comidas de la mano de Cesárea. El ritmo de la trama impulsa a sus actores como marea embravecida empujándolos al esperado y esclarecedor descenlace que pone a todos en su lugar.
Una novela de unas quinientas páginas, perfectamente hilvanada, en donde los secretos guardados por sus personajes comienzan a completar el misterio general. Con escenas bien dibujadas, cargadas de olores marinos, brisa salada y un amplio y genuino conocimiento sobre el mar por parte del autor. No por nada vivió él en la costa. Su relación con el mar es evidente y logra sin esfuerzo transportarnos a ese ambiente arenoso en el que disfrutamos al máximo de esos horizontes arrebolados.
Una novela redonda como un caracol marino, como las escaleras abandonadas del faro. En donde todos los elementos encajan y dejan en el lector una satisfacción por descifrar convincentemente la historia. La pluma educada del escritor facilita la lectura con una prosa a veces poética, con frases inolvidables y escenas que permanecerán en la mente por años y felices días. Una trama que disfrutarán hasta la última página. Si acaso nos hará preguntarnos por el destino de esos dos gatos sarnoso que asistían a las puertas de "El Comodoro", restaurante, hogar de Cesárea y Agapito, escenario muchas veces de la trama de "El caracol de Byron.
***Algunas de mis frases favoritas***
PUNTOS DE VENTA:
Rafael R. Costa
Rafael R. Costa, Huelva, 1959. Desde 1989 vive en Madrid. Ganador de varios premios de poesía, entre los que destaca el Pablo Neruda, y dos premios de novela, como el Premio Ciudad de Irún con "El caracol de Byron".
Se dedicó a diferentes actividades y profesiones, como crucigramista, bibliotecario, profesor, viajante... Actualmente sólo se dedica a escribir. De igual forma publicó varios libros de poemas, casi todos resultado de los premios obtenidos.
En Amazon tiene publicadas 8 novelas y un libro de sonetos. Entre esos títulos destacan "La interpretadora de sueños" y "El cráneo de Balboa".
Ana Saavedra
No conocía nada de este autor, gracias por tu reseña :)
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